Saturday, February 18, 2006

Abril




Adivino el arroyo de tu pulso,
alondra en reposo;
amapola pensativa,
sorbo el suco suave de tu boca.

Entre ciego y olvidado
tanteo el paso de los años
y no hallo rastro de tiempo
que no tenga mi voz y tu perfume.

Hoja viento y cielo
prisionero soy del riego de tus ojos;
por las ramas del retoño
voy buscando el día entre tus manos.

Quiero darte un manantial
donde apoyes tus ojos para ver los míos.
Te regalo
el sol que por tu sombra desvaría,
el mar que por tu nombre suspira.

Te entrego, enamorado,
mi pañuelo de ti bordado
de río y de ternura.

Marx Espinoza

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